El metaverso y su marca ¿Cómo se inicia este diálogo?

El cambio de lo real a lo virtual ha sido un camino de varios aprendizajes. De tener un local físico, bodegas, inventarios, anaqueles y cientos de metros cuadrados, ahora, en muchos casos, los activos de varias compañías se “limitan” a los pocos centímetros de un servidor. Es evidente que aún no podremos comernos una hamburguesa en el metaverso y que esta nos calme el hambre en el mundo real, pero «se va a abrir un nuevo nivel de capilaridad hasta dónde puede llegar personalización del mensaje, por ejemplo, los avatares que funcionen por medio de IA podrán ‘saber’ los gustos de los usuarios y poder adaptar sus rasgos, vestimenta y discurso para poder tener un engagement más cercano con el usuario final», según asegura Luis Ureta, country general manager de Globant España. O sea, falta mucho tiempo y tecnología para que la hamburguesa del metaverso nos alimente en la vida real, pero si cualquier marca de comidas rápidas nos ofrece la oportunidad de construir esa hamburguesa, ponerle nuestro nombre y promocionarla en el Times Square de una Nueva York virtual a la vista de todos los usuarios de ese metaverso, todo lo que sintamos por esa marca valdrá todas las hamburguesas del mundo, y a ese nivel de fidelidad y engagement muchas marcas no se podrán resistir.

El metaverso se transforma así en un puente que va a dignificar el actual modelo de negocio entre marcas, creadores y consumidores finales, ya que si nos internamos en un livesale contaremos con un asesor especializado y exclusivo a nuestras necesidades y gustos. Por ejemplo, si vamos a comprar un automóvil en un lanzamiento de algún nuevo modelo, no será necesario asistir a una reunión atiborrada de personas en las que buscaremos quién nos atienda, o bien, tampoco tendremos que estar buscando al comprador ideal entre el cúmulo de personas asistentes a dicho evento.

Con esta nueva dimensión, compradores y vendedores se encontrarán en el escenario ideal y resolverán todas sus dudas sobre el vehículo que esté en puja, llegando al punto de confianza que cerrará la venta desde el plano virtual al real, porque después de la atención inicial y las dudas resueltas será más fácil tomar una decisión, estimulando de esta manera un canal de ventas poderoso, confiable e irresistible para las partes interesadas en ello.
Sumado a lo anterior, ¿qué es lo que hoy por hoy nos ofrece el metaverso?

Productos digitales: Todo lo que vemos en el mundo real se traduce al metaverso. Las marcas de ropa, por ejemplo, ya están creando showrooms en los que el avatar de cualquier usuario puede probar toda la tienda si así lo desea, incluso llegar a personalizar prendas en una sensación de exclusividad nunca antes vista.

NFT o tokens no fungibles asociados a las marcas: Estos son activos digitales únicos y pueden ser obras de arte, tweets, columnas digitales, avatares, nombres, etc. Equivalen a certificados de autenticidad que se pueden vender a través del mundo digital. Lo que quiere decir que está en simetría con las criptomonedas. De acuerdo con el reporte Non Fungible Tokens Yearly Report, del sitio especializado NonFungible y realizado con la colaboración de L’Atelier, la unidad de tecnología e innovación del grupo financiero BNP Paribas, en 2020 el valor de mercado de NFT ascendió a 338 millones de dólares, mostrando un incremento de 138.8% con respecto al año previo, actualmente está cercano de los 3 mil millones.

Creación de ambientes y espacios digitales: Bien sea para hacer una exhibición, una conferencia, una galería de arte o un showroom, esta facilidad del metaverso, que es la creación de espacios diseñados para las expectativas de cada usuario y de cada marca, es un punto fundamental en crecimiento, percepción y posicionamiento de cualquier marca. Ya no necesito ir a un pequeño establecimiento si en el metaverso puedo llegar tener todo el establecimiento a mi disposición.

En resumen, con el metaverso las marcas no dependerán de la creación de un nicho de mercado, que es muy importante, sino que los nichos pasarán a convertirse en metaversos o ecosistemas digitales que unirán lo mejor del mundo real con las infinitas posibilidades de lo virtual e inmersivo, y ante esta oportunidad de crear un propio universo donde sus clientes tengan una posibilidad de identificación y engagement nunca antes vista, muy pocas marcas se resistirán a esta meta cada vez más real.

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